ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES

ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES LIGADAS A LAS PERSONAS QUE PRACTICAN EL JUEGO DE LOS COCOS
Para definir el termino anécdota, según (Roció Vicente, 2007, pág. 598) "es un relato breve de un suceso real, inédito para el receptor, que el emisor considera digno de narrar", algunas anécdotas que los actores sociales relataron durante la investigación permitieron el enriquecimiento de conocimiento en torno al juego de Los Cocos y demás juegos tradicionales. Si bien, las anécdotas están ligadas a hechos divertidos que causen gracia, no siempre es así, "pueden abordar hechos trágicos o de terror" (Buelma María, p.25). La narración que se detalla a continuación pertenece a un hecho trágico que le aconteció al grupo de coqueros de La Nueva Aurora, el relator fue don Cléber Sánchez, chofer de 51 años de edad; tiempo atrás la práctica de Los Cocos se desarrollaba en un sitio junto a la Avenida Mariscal Sucre, entrada al barrio Nueva Aurora, para ese entonces no había circulación de vehículos en exceso, por lo que se podía jugar tranquilamente. En época de carnaval, el grupo de coqueros se encontraban en la práctica del juego cuando sucedió un accidente lamentable, un conductor ebrio atropelló a algunos de los coqueros provocando serias lesiones, -en palabras de don Cléber- "le paso por encima el carro a uno, a otros los golpeó". Un hombre quedo con una lesión grave en el brazo. Por este fatal suceso y por el aumento del tráfico en la Avenida Mariscal Sucre los coqueros de la Nueva Aurora se mudaron a la plaza donde juegan actualmente.
El relato que detallo a continuación es una anécdota con tinte humorístico, esta vez el protagonista fue don Juan Ochog, agricultor de 62 años; cuando residía en el barrio Atacazo, situado cerca del reconocido e histórico barrio San Roque ubicado en el centro de la ciudad de Quito, decidió organizar la práctica de Los Cocos, invitando a los vecinos y amigos, escogió un terreno baldío y con ayuda de un tractor arreglo el espacio para la práctica del juego. La organización marcho con gran éxito, el juego tuvo gran acogida, "comenzaron no más a llegar, a llegar, a llegar"; con el transcurso de los días, más y más personas se daban cita al lugar. Las apuestas inicialmente fueron de 25 centavos, después cambio a 50 centavos, hasta que un día sucedió lo inesperado, -en palabras de don Juan- "cuando a veces me atrasaba, y ya no me dejan jugar, ¡si quiere jugar que juegue de 3 dólares!, yo digo ¿cómo así? sí esto para entretener no más" finalmente don Juan en principio organizador del juego de Los Cocos en aquel barrio, quedó excluido del mismo. Tiempo después el enojo y resentimiento por la exclusión del juego y sumándole el ego y la búsqueda de revancha hizo que don Juan aceptara jugar con el valor de apuestas estipuladas por sus rivales; "me querían dar de menos a mí (...) como yo si se jugar, no estarán llorando dije, y me puse a jugar", finalmente don Juan obtuvo su revancha ganando la mayoría de partidas, obteniendo altas ganancias; hasta 70 dólares diarios. Los coqueros de Atacazo por aprovechados e interesados perdieron su dinero, quedando como anillo al dedo el dicho "ir por lana y volver trasquilado".
"Las curiosidades remiten a relatos interesantes por raros o poco conocidos" (Buelma María, p.25); como curiosidades, aspectos desconocidos y extraños, es importante describir algunos juegos que en algún momento fueron practicados por varios coqueros del barrio Nueva Aurora. Don Bolívar Curicho de 42 años de edad, ex futbolista y actualmente árbitro de fútboly don Marcelo Umatamba de 55 años de edad, albañil; con alegría rebosante cuentan que durante su infancia practicaban muchos juegos, algunos muy poco conocidos y actualmente olvidados, este el caso de Los Mecos; este juego es prácticamente desconocido, ningún libro de juegos tradicionales ecuatorianos se refiere a él, según la explicación de Don Marcelo y Don Bolívar, es juego que tenía como herramienta los frijoles grandes, con estos frutos leguminosos se desarrollaba el juego de Los Mecos. Fue una variante de las canicas, es decir, el modo de juego era parecido a las bolas de cristal actuales. Se depositaba los frijoles en una bomba marcada en el piso y con otros frijoles de mayor tamaño se intentaba golpearlos con el objetivo de sacar la mayor cantidad de frijoles ubicados en la bomba, en este juego no había apuestas de dinero; los frijoles que un jugador lograba sacar de la bomba pasaban hacer suyos, así, cada jugador acumulaba una gran cantidad de frijoles, "a veces cogíamos media libra o libra, y llevamos a la casa a cocinar", palabras de don Bolívar. Las canicas reemplazaron la práctica de Los Mecos echándolo al olvido.
Otro juego curioso y muy poco conocido es el llamado Hueco, este juego consiste en hacer un hoyo en el piso, debe haber como mínimo dos participantes, cada jugador apostara una moneda, se establece un saque inicial parecido al punto de partida del juego de Los Cocos, el juego es por turnos; el participante dueño del primer turno tendrá en sus manos las monedas de todos los participantes y deberá lanzarlas con dirección hacia el hoyo, será ganador de todas las monedas que ingresen al agujero.
Otros de los juegos curiosos son las Fichas, este consistía en la elaboración de un pequeño disco con la utilización de tejas o cualquier otro artefacto de barro, con los discos moldeados se debía golpear a discos de otros participantes, el juego es parecido a los tazos[1]. Hace su aparecimiento el juego de Los Trompos[2], un juego más conocido; don Bolívar y don Marcelo destacan algunas modalidades del juego de Los Trompos como los piedrazos y los quiños, don Bolívar argumenta que los únicos trompos buenos son los de madera y que los de plástico dañaron la esencia de este bonito juego. Otro juego curioso son Los Tillos, este consiste en juntar las tapas metálicas de las botellas de gaseosas, refrescos, cerveza; golpearlas hasta dejarlas planas y luego realizar un agujero en el centro de las tapas, por este agujero se pasa una piola; los extremos de la piola van a cada mano y con un movimiento de los brazos de afuera hacia adentro o viceversa se obtiene un sonido singular, causado por el choque de las tapas metálicas. Finalmente aparecen las Canicas o Bolas, un juego bastante conocido.
Según (Manuera C., 2014, pág.: 10) "los juegos tradicionales dan la posibilidad de que cada persona construya su juguete poniendo en práctica su ingenio y creatividad para utilizar el material disponible a su alcance, convirtiendo al niño en artesano", este punto se pudo diferenciar en algunos de los juegos descritos en los párrafos anteriores, demostrando lo importante que puede ser un juego tradicional en la vida de un niño, desarrollando habilidades y destrezas.
[1] Según spakatak.com: es el nombre de figuras en general circulares de una pulgada de diámetro con dibujos de caricaturas.
[2] Según oxforddictionaries.com: es un juguete con forma de cono, generalmente de madera y con una punta de hierro, al que se enrolla una cuerda para lanzarlo y hacer que gire sobre sí mismo.
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