¿QUIÉNES JUEGAN LOS COCOS?

"Los juegos se caracterizan en su mayoría por la vocación social que encierra o dicho de otra forma por ser susceptibles de establecer un espacio de encuentro entre actores sociales" (Naranjo V. M., 2007, p.). Según los participantes, el juego de "los cocos" "no es para ganar dinero", se lo utiliza para "despejar la mente, reunirse con amigos, dejar a un lado la rutina y estrés que genera el trabajo". Los actores sociales conversan, hacen bromas, compartes vivencias, se pegan sus tragos, ríen, incluso cantan, el juego se convierte en un espacio de encuentro.
Los participantes del juego son en su gran mayoría adultos mayores, aunque se puede encontrar hombres jóvenes, las edades oscilan entre los 41 y 80 años, esto en el barrio Nueva Aurora, lugar de la investigación. De este juego están exentas las mujeres y niños pequeños. Tocando el tema de las mujeres, según (Heras Buñuel A., 1996) "los estereotipos sociales tradicionalmente ligados a la feminidad, como la pasividad y la sumisión, junto a unas diferencias biológicas mal interpretadas siguen limitando la actividad físico-deportiva de las mujeres", de este punto no quedarían fuera algunos juegos y deportes tradicionales que solo son practicados por hombres. Indagando a los actores sociales sobre este tema, Segundo Toaquiza, guardia de seguridad de 50 años, manifiestan que, "no les gusta, la bola es pesada y eso solo es deporte para los hombres". Consultándole sobre el tema a Vilma Sánchez ama de casa que observa como juega su esposo responde, "eso es solo juego de hombres, solamente vengo a ver mi esposo lo que juega (...) no he poder, solo he visto que juegan hombres y nada más". Durante el juego se utiliza un "lenguaje masculino"[1], los actores sociales emplean palabras como: "mujer" o "marido tienes" con el objetivo de hacer relucir su masculinidad y minimizar lo femenino. Un juego que no se sabe, a ciencia cierta, en que momento de la historia apareció, seguramente en años donde las mujeres eran consideradas débiles e inferiores a los hombres. Se tendría que conocer el verdadero contexto del surgimiento del juego para explicar de manera clara la no participación de la mujer, pero a primera vista el pensamiento machista es la única explicación. En los niños pequeños es entendible que el peso de la bola de acero no permita la práctica del juego pero en las mujeres la explicación dada no es razonable.
La práctica del juego por parte de los jóvenes es reducida. En el barrio Nueva Aurora, punto de la investigación, Cléber Sánchez chofer de 51 años manifiesta que, "sí sabe venir un joven, cuando puede viene, es nieto de un señor que ya murió", es presumible que el joven aprendió el juego gracias a su abuelo. Lo cierto es que durante el tiempo compartido con los actores sociales, ninguna joven se unió a la práctica del juego.
[1] Andrade X. en Homosocialidad, disciplina y venganza, el lenguaje masculino lo liga a la homosocialidad entendiendo a esta como la preferencia por relaciones sociales con personas del mismo sexo. Palabras y gestos utilizados por hombres para demostrar su masculinidad.
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